jueves, 23 de octubre de 2008

Helvetica alive!

A través del blog de la revista francesa étapes (en la edición original, no la internacional o la española) descubro un artículo en The FontFeed (el blog de The FontShop) sobre la «contraproducente señalética de un aeropuerto». En esta entrada, Yves Peters se lamenta de que se tuviera que recurrir a una sobreutilizada Helvetica en la señalización del aeropuerto de Bruselas, frente a las investigaciones en este campo de Frutiger, tales como el desarrollo de la tipografía para la señalización del aeropuerto parisino Charles de Gaulle. Pero el lamento principal de Peters reside en que las contraformas de las letras se han acabado desprendiendo de los panales retroiluminados por efecto del calor y de su antigüedad (1976), cayendo libremente y generando nuevas formas de letras.



Sin embargo, lejos de ser terrible, a mi me parece que el resultado es altamente interesante. Hace ya un tiempo, en el 1 Congreso de Tipografía, me lancé con una afirmación sobre la «Tipografía futura» que a más de uno le dejo «con el culo torcido» y que se confirma ahora empíricamente: ¡la tipografía está viva y se diseña a sí misma!
Estoy encantado de que la letra se revele contra el ser humano, de que la tipografía empiece a aniquilar al padre que la parió; estoy harto de tanta impostura.
¡El tipógrafo ha muerto; larga vida a la tipografía!

3 comentarios:

g dijo...

Qué bueno!

Unknown dijo...

Lo que comentas en tu post se parece a la tésis del personaje Ian Malcom en la película "Parque Jurásico": pese a los intentos de los seres humanos por plegar la naturaleza a sus designios, la vida acaba por abrirse camino a su modo y se resiste a ser dominada por unos mindundis como nosotros.
Parece que con la Tipografía pasa lo mismo.

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario Iván (si no fuera por tu logo no te habría reconocido).
Somos los creadores de muchas cosas, la tipografía entre otras, pero eso no nos convierte en dioses. Es imposible dominar y controlarlo todo, y por eso la imaginación humana ha desarrollado mitos como el Golem, Frankenstein, Matrix o Parque Jurásico (todos ellos plagados de monstruos que se revelan a su creador). Dejemos que nuestras creaciones tengan su propia vida, así como nosotros la nuestra.